El nido del
quebrantahuesos generalmente se sitúa en entradas de cuevas u oquedades
situados en grandes e inaccesibles cortados verticales de las montañas, también
a veces se pueden encontrar en cornisas cubiertas. Estos nidos pueden tener
sobre 1,7 m de diámetro y 0,8 m de altura; la base de la estructura del nido
está formada por un armazón de ramas, generalmente de coníferas. El cuerpo del
nido contiene en su parte inferior una gran variedad de materiales, tales como
acículas de pino, telas y pieles. La parte superior del nido sobre la que
reposan los huevos está formada por una extensa capa de lana, pelo y crines.
Cada pareja
puede tener de 2 a 6 nidos repartidos por su territorio. Los alimoches
trasladan ramas y otros materiales a todos los nidos que tienen, pero llegada
la época de cría el aporte de materiales
se concentra en uno solo para su reconstrucción total, este nido es el elegido
para realizar la puesta, un mismo nido no se utiliza dos años seguidos. Este
sistema de rotación de nidos es fundamental para la desparasitación del nido ya
que debido a la larga estancia del pollo y del los adultos durante el periodo
de cría, el cúmulo de residuos es considerable y de un año a otro no
desaparecen.
El ciclo
reproductor del Quebrantahuesos es especialmente largo, comienza finalizando el
otoño y al comienzo del invierno, termina con la emancipación del pollo
aproximadamente en la misma época. Dependiendo de la altitud a la que la pareja
nidifica el ciclo reproductor se adelanta en los de mayor altitud para que el
momento de la emancipación se produzca en un época más favorable.
En la época de
cortejo el macho emite en presencia de la hembra sonidos que se asemejan a un
silbido metálico muy fino y agudo.
En el vuelo
nupcial la pareja cuando se encuentra comienza a elevarse en círculos muy
estrechos rozándose con los extremos de las rémiges, tomando gran altura,
entonces el macho se voltea, ambos
extendiendo las garras, dando la impresión de que las entrelazan, y se dejan
caer describiendo en el aire una serie de lazos.
Ya entrado
diciembre se realiza la cópula; después del vuelo nupcial la pareja se reúne en
el nido o en cualquier peña cercana. La hembra dirige el pico y cuello hacia el
macho, el cual a su vez corresponde a los saludos de la hembra balanceándose y
mostrando los colores anaranjados de su garganta. Tras este ritual el macho se
sube sobre la hembra y copula durante tan solo 20 segundos, unos 30 días
después se realiza la puesta.
La puesta de
uno a tres huevos, generalmente dos, de color blanco sucio y de 70-90 x 60-70
mm, con una diferencia de hasta 9 días entre un huevo y otro.
La incubación
es realizada por ambos cónyuges, aunque la hembra parece pasar más tiempo que
el macho cubriendo el huevo. A los 50-60 días nacerá el primer pollo, en la
naturaleza el segundo pollo morirá principalmente por la competencia por el
alimento con su hermano más grande, aunque se piensa que puede ser la madre la
que mate al pollo como sucede en cautividad. El único pollo criado pasará en el
nido alrededor de cuatro meses, durante los primeros días de existencia de los
pollos los padres les dispensan todo tipo de atenciones. La hembra suele estar
constantemente en el nido alimentando con pequeñas presas, piltrafas de carne
extraídas de los huesos y tendones al pollo, durante ese tiempo es el macho el
que se encarga de abastecer el nido de alimento, después la hembra también se
encarga de esta tarea. A las 17 - 19 semanas el pollo está totalmente
desarrollado y es este el momento en el que empieza a desarrollar sus primeros
vuelos después de abandonar el nido dependerá bastantes semanas de los padres,
periodo en el que perfeccionará su vuelo y aprenderá la táctica empleada para
romper los huesos en los quebraderos.
A pesar de
tratarse de una especie monógama, en los pirineos existe un buen número de
territorios regentados por tríos poliándricos, lo que podría indicar un cierto
estado de saturación poblacional en la cordillera.
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